Tomás Cordero
- Maria Dieguez Fernandez
- 23 abr 2017
- 1 Min. de lectura
Como si de una danza pictórica se tratase, entre lo opaco y lo transparencia, entre lo coriáceo y lo lo leve, surgen unos seres vivientes desconocidos, que viven al filo entre dos mundos que luchan por sobrevivir, y por evolucionar. Hay alusiones sexuales, coitos bestiales entre lo humano y lo animal, vagas siluetas atropomorfas que aluden a un ser anterior a la orgullosa postura erguida, el hombre no fue un día tal vez más que esta pétrea determinación, su férreo perfil oscuro.
PERRO, GATO Y JAMÓN
Óleo sobre papel 450x200cm

Comentarios