Neobarrocos
El mundo barroco es apariencia, ilusión.
Desde un punto de vista, la vida y comportamientos de hoy en día podrían considerarse de Barrocos, por su intensidad, complejidad y apariencia. En un mundo donde somos conscientemente inconscientes, la realidad parece una ironía de un pasado muy presente.
Si somos observadores cuidadosos, reconoceremos en es
tos retratos símbolos que no corresponden a un pasado tan lejano, nos reejan un “presente pasado” que pretende burlarse de los observadores, confesándonos al oído que todos seremos objetos antiguos tarde o temprano.
Anabel Gaudioso (Anusca Pelandrusca) tiene una presencia que facilita esta transición hacia la observación, partiendo de una ima- gen sugerente que dice más cuanto más se detiene uno a escuchar. La línea expositiva de “Retratos Barrocos” nos muestran una auto reflexión sobre nuestra cultura y sociedad moderna, si somos observadores cuidadosos, reconoceremos en estos retratos símbolos que no corresponden a un pasado tan lejano, nos reejan un “presente pasado” que pretende orientar a los observadores, confesándonos al oído que todos seremos objetos antiguos tarde o temprano.
Anabel muestra un lenguaje de fácil lectura pero con una gran profundidad de contenidos, muy interesada por la sociedad actual, su imaginario entra en debate con la sociología, ética y construcción de la cultura postmoderna.
Más concretamente en el campo del retrato derivado de la producción de masas.En una época en la que vivimos en la que reina la inmediatez, el efectismo y la complejidad es difícil encontrar un discurso que nos haga reflexionar unos segundos sobre nuestro estilo de vida. En pocas ocasiones tenemos la disposición de “tomarnos el tiempo” de la experimentación de la realidad más cercana.
“Todos los objetos que amamos, que nos representan, serán antigüallas de rastrillo en un futuro cercano, cuando nuestro medio de vida se consuma bajo el peso de una absurda producción en masa” comenta la artista.